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Conseguir alquilar un piso en algunas ciudades españolas resulta casi misión imposible. Son caros, hay pocos y la búsqueda puede llevar meses y meses. Es el caso de Málaga, donde los precios de los alquileres han subido prácticamente un 50% y la oferta ha bajado un 30%, todo en los últimos 4 años. Para Marta Cruz, una joven que se mudó desde Menorca hasta la ciudad andaluza es directamente misión imposible. Su sueño de independencia se topa con muros cada vez más altos y está obligada a compartir piso. Cruz asegura, desesperada, que “desgraciadamente tener un trabajo no te garantiza tener un techo”. A la escasez de oferta se suman las cifras: alquilar una vivienda en Málaga de 90 metros cuadrados ronda los 1.400 euros al mes, es decir, que cuesta más que lo que se gana con el salario mínimo que en nuestro país cobran entre 2,3 y 2,5 millones de trabajadores. Los malagueños están saliendo hasta a 50 kilómetros de la capital para encontrar un hogar. Mientras, la ciudad bate récords turísticos y muchos de los pisos vacíos se alquilan, exclusivamente, por temporadas.

-Redacción-