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Esperado para el presidente, temido por el resto del mundo:  El Día de la liberación ha llegado, y desde aquí, Donald Trump ha vuelto a agitar el fantasma de que el mundo lleva años riéndose de América.“Nuestro país y sus contribuyentes han sido estafados durante más de 50 años, pero esto no va a suceder nunca más”, ha asegurado. Tras la arenga a los suyos viene el primer golpe, como se esperaba, al sector del automóvil, con un arancel del 25 por ciento a todos los coches extranjeros.A continuación, como si de una exposición se tratase, el presidente norteamericano ha exhibido los gravámenes en un gigantesco gráfico. Una tabla que castiga con un mínimo del 10% a amigos y aliados como los ingleses y también a buena parte de américa latina, pero sube al 20% para productos europeos y se ceba especialmente con Asia: un 34% a China y un 24% a Japón. Peor parados salen países como Vietnman, con un 46%,  o el 49% para Camboya. Con todo, aún se ha permitido afirmar que ha sido benévolo. “Les cobraremos aproximadamente la mitad de lo que ellos nos han estado cobrando. Los aranceles no serán totalmente recíprocos. Podríamos haberlo hecho así, pero habría sido difícil para muchos países y no queríamos hacerlo", asegura.Las reacciones del exterior han empezado a llegar en cuanto Trump ha estampado su firma. Y los expertos avisan del peligro de un sistema excesivamente proteccionista. Señalan que la agresividad de los aranceles asfixiarán de vuelta a la primera potencia del mundo, poniendo incluso en riesgo la propia hegemonía mundial de Estados Unidos. 

-Redacción-